HENRY KISSINGER
Vida
Político y diplomático estadounidense (Fuerth, Alemania, 1923), que marcó toda una era en las relaciones de Estados Unidos con la Unión Soviética en plena Guerra Fría. Debido a su origen judío se vió obligado a abandonar Alemania con su familia para escapar de la persecución nazi (en 1938), lo que paradójicamente favorecería posteriormente su carrera político-diplomática. El apellido Kissinger fue adoptado en 1817 por su tatarabuelo Löb Meyer y hace referencia a la ciudad de Bad Kissingen.
Heinz Alfred Kissinger nació en la ciudad bávara de Fürth, en una familia de judíos alemanes. Su padre, Louis Kissinger (1887-1982), fue un maestro de escuela; su madre, Paula Stern Kissinger (1901-1998), se dedicó a las labores del hogar, muy corriente en aquella época.
En 1938, debido a la persecución nazi en Alemania, su familia se mudó a Nueva York. Kissinger pasó sus años de escuela secundaria en la sección de "Washington Heights" en Manhattan como parte de la comunidad de inmigrantes judíos alemanes. Aunque Kissinger asimiló sin problemas la cultura estadounidense, nunca perdió su pronunciado acento alemán. Después de su primer año en la George Washington High School, para pagar sus estudios, Kissinger comenzó a asistir a la escuela por la noche y trabajó en una fábrica de brochas de afeitado durante el día.
En 1942 obtuvo la nacionalidad americana; sin embargo, el hecho de no haber nacido en Estados Unidos pesaría siempre en su carrera política, cerrándole la puerta de ser candidato a la Casa Blanca. Estudió Ciencias Políticas y se dedicó a la enseñanza en la Universidad de Harvard, antes de pasar a la política activa de la mano del Partido Republicano.
Después de la escuela secundaria, Kissinger cursó estudios de contabilidad estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard. Kissinger continuó trabajando mientras estudiaba como profesor de la propia Harvard, de la cual además recibió la mención honorífica de summa cum laude al graduarse en 1950 y posteriormente obtuvo el título de doctor (PhD) en 1954.
El presidente Nixon aprovechó su amplio conocimiento de la política internacional, nombrándole asesor para asuntos de seguridad nacional en 1968; Kissinger destacó en el cargo, lo que supuso que en 1973 fuera nombrado como secretario de Estado. Cuando Nixon hubo de dimitir, forzado por el escándalo Watergate, y le sucedió el vicepresidente Ford (1974-77), éste mantuvo a Kissinger como máximo responsable de la política exterior.
El Ascenso de Kissinger
Despues del asesinato tanto de John F. Kennedy como de Robert Kennedy, y debido al desastre en el que estaba resultando la guerra de Vietnam, Nixon ganó la presidencia de EE. UU en 1968. Richard Nixon, convencido de las habilidades en política internacional de Henry Kissinger, lo nombró consejero de Seguridad Nacional. De esta Forma Kissinger comienza su carrera en la alta política, estando al frente de todo lo relativo a orden interno, seguridad y demás cuestiones referentes al ámbito internacional.
En poco tiempo Kissinger se convertirá en el asesor más cercano del presidente Nixon, así como en uno de sus más cercanos asesores, pese a que también eran bien sabidos los desencuentros entre ambos. Durante los cuatro años en que dirigió la política exterior y la diplomacia norteamericana, Kissinger diseñó una nueva política exterior y quizá incluso un nuevo marco internacional. Dentro de sus mayores logros destaca su política de distensión mediante la renuncia de los Estados Unidos al principio de intervención militar global, así como el reconocimiento de la Unión Soviética como interlocutora y partícipe de la hegemonía mundial junto a EE. UU (Conferencia de Helsinki, 1975). Además, Fue uno de los principales responsables del acercamiento de los Estados Unidos a la República Popular China (viajó a Pekín en 1971, donde preparó el reconocimiento diplomático del régimen de Mao y la visita de Nixon en 1972).
Sus esfuerzos en materia de política internacional se orientaron hacia dos escenarios principales, que constituían dos "puntos calientes" de fricción entre Estados Unidos y la URSS: Vietnam, donde negoció el fin de la guerra y la retirada del Ejército americano en 1973; y Oriente Medio, donde medió notablemente para restablecer la paz entre Israel y sus vecinos árabes, poniendo fin a la Guerra de Yom Kippur también en 1973. Debido a esto, en 1973 fue premiado con el Premio Nobel de la Paz.
Desde su retirada se ha dedicado a los negocios y a la redacción de sus memorias y de numerosos libros de política internacional y geopolítica; su gran prestigio le ha permitido seguir como consejero y asesor de los sucesivos presidentes americanos sobre asuntos de política internacional.
Intervenciones en Sud América.
En la época de Kissinger como Secretario de Estado, EE. UU y particularmente la CIA fueron acusados de numerosas intervenciones encubiertas contra gobiernos de corte comunista, o al menos cercanos a Fidel Castro y la URSS.
Según numerosas fuentes, Kissinger fue, particularmente, el mayor defensor de la necesidad de intervenir en Chile, considerando su gobierno como «comunista», y una amenaza de germen peligroso para el orden en la región, llegando a afirmar lo siguiente:
"No veo por qué tenemos esperar y permitir que un país se vuelva comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo".
Durante el primer gobierno de Nixon Kissinger fue había Asesor de Seguridad Nacional. Posteriormente, su posición oficial sería únicamente la de secretario de Estado, ejerciendo el cargo desde de 1973 hasta 1977. Su papel como Secretario de Estado fue distinto al de sus predecesores. Kissinger no seguía el consejo los dictados de la burocracia de la Casa Blanca; por el contrario, Kissinger asumió un papel dominante, fuerte y hasta cierto punto autosuficiente, respecto a la política exterior de Estados Unidos entre 1969 y 1977.
En ese período, extendió la política de distensión con la URSS. Esta política marcó décadas de relaciones con la Unión Soviética y fue clave en las conversaciones de 1971 con el primer ministro chino Zhou Enlai. Las conversaciones concluyeron con un acercamiento entre Estados Unidos y la República Popular de China, con la formación de un nuevo alineamiento estratégico chino-estadounidense antisoviético. En el plano internacional, su política exterior estuvo llena de éxito y reconocimiento. Prueba de ello es que fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz de 1973 por ayudar a establecer una cesación del fuego y el retiro de los Estados Unidos de Vietnam.
Sin embargo, Kissinger también tuvo sus retractores en la escena internacional. Según muchos favoreció el mantenimiento de relaciones diplomáticas amistosas con las dictaduras militares de derecha en el América del Sur y otras partes de Latinoamérica.
Kissinger llevó a cabo las conversaciones de limitación de armas estratégicas (que culminaron en el Tratado SALT I - Strategic Arms Limitation Talks) y el Tratado sobre misiles antibalísticos con Leonid Brézhnev, secretario general del Partido Comunista soviético.
Kissinger determinó que su acercamiento con China, rival de la URSS, sería un muy eficiente mecanismo de presión para la Pekín, que de acuerdo a lo que Kissinger planteaba, reaccionaría tratando de acercarse aún más a Estados Unidos.
Orden Mundial
En Orden mundial, Henry Kissinger presenta una profunda y original reflexión sobre las causas de la armonía y de los conflictos en los asuntos globales. Kissinger expone en esta obra su visión del reto fundamental del siglo XXI: cómo construir un orden internacional compartido en un mundo con perspectivas históricas divergentes, plagado de conflictos violentos, tecnología desbocada y extremismo ideológico".
"En teoría, el equilibrio de poder debería ser totalmente calculable; en la práctica, ha resultado extremadamente difícil armonizar los cálculos de un país con los de otros estados y alcanzar un reconocimiento común de límites".
"Para Estados Unidos, la búsqueda de un orden mundial funciona en dos niveles: la celebración de los principios universales debe ser equiparada con el reconocimiento de la realidad de las historias y culturas de otras regiones".
Percepción histórica de Kissinger
Debido a su gran influencia, hablar de política exterior en el siglo xx sin nombrar a Kissinger es algo que resulta imposible. Henry Kissinger fue secretario de Estado de los Estados Unidos de América en plena Guerra Fría. Pese a la dificultad de aquellos tiempos, Kissinger demostró ser capaz de solventar todo tipo de problemas que se le presentase; desde China hasta Rusia pasando por América del Sur. Su tenacidad y desempeño lo convirtieron en una referencia de la diplomacia estadounidense, siendo en gran medida el creador de variedad de tendencias o métodos de acción.
Kissinger quizás haya sido el Secretario de Estado más conocido de los EE. UU; es admirado por unos a la vez que es odiado y temido y muy criticado por otros. La mayor crítica que se le hace es el sobreponer los intereses de su nación por encima del bienestar político de las demás; los intereses de Estados Unidos estaba por encima de cualquier otro y "el fin justificaba los medios". Por ello, numerosos críticos lo relacionan siendo a una gran variedad de dictaduras, lo que ha llevado a que muchos lo acusen de estar ligado a las múltiples violaciones a los derechos humanos derivado del apoyo político a ellas, algo que es y seguirá siendo motivo de especulación y controversia.
A pesar de todo, para numerosos expertos Kissinger aplicó un nuevo enfoque con respecto a la Guerra Fría, el cual no sería continuado por sus sucesores, que para muchos hubiera supuesto en el futuro una relación productiva no violenta entre la URSS y EE. UU; lo cual no sucedió. Muchos consideran esta política de distensión con la URSS la más adecuada y derivada un poco del famoso telegrama de Kennan, entendiendo el expansionismo e imperialismo como el enfoque correcto, que es retomado por la administración Reagan, con su proyecto "Guerra de las Galaxias" y sus ofensivas internacionales.
Andréi Gromyko, ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética entre 1957 y 1985, dedicó algunas líneas sobre Kissinger en sus memorias, especialmente debido a la rivalidad existente entre ambas superpotencias. Gromyko consideraba a Kissinger como un hombre con "un comportamiento digno, competente, que preparaba bien las reuniones y con verdaderos deseos de alcanzar algún acuerdo". Gromyko coincide con Kissinger en que su oponente siguió una táctica de presión sobre el adversario en los diversos encuentros que mantuvieron:
"Aun así, durante prácticamente todo el período de su mandato como Secretario de Estado, Kissinger practicó la táctica de presionar a la Unión Soviética todo lo posible, tanto en Asia, en África, en Oriente Medio o en cualquier otra parte, como medio de obligarnos a hacer concesiones. Claramente, se trataba de un traslado a los asuntos internacionales de la táctica del tira y afloja que se practica en la política interna estadounidense y, cuando Washington empleó ese sistema, no se consiguió nada útil en sus conversaciones con nosotros."
Gromyko, Memorias (1989
Entre los logros de Kissinger destaca la apertura de relaciones entre China y Estados Unidos, la aplicación de una vasta serie de medidas y éxitos políticos:
Potenciación de producción energética alternativa, durante y posteriormente a la crisis del petróleo de 1973,
la firma de los Tratados SALT I y la preparación del terreno para la posterior firma de su sucesor, los Tratados SALT II,
el inicio del proceso de colaboración y negociación en el Medio Oriente, específicamente en el conflicto del mundo árabe, sentando las bases para la realización de los Acuerdos de Camp David,
la guerra de Vietnam, sobrellevar con éxito tanto la guerra del Yom Kipur como la guerra indo-pakistaní de 1971 y en líneas generales,
conseguir con su política consolidar el poderío internacional estadounidense,
extender y asegurar sus zonas de influencia a lo largo del mundo.
Es por esta colosal variedad de éxitos en el plano internacional, Henry Kissinger es recordado como el más emblemático Secretario de Estado de Estados Unidos; de hecho, el puesto de Secretario de Estado americano directamente identificado con su persona. Pocos Secretarios de Estado, por no decir ninguno, han tenido un nivel de influencia y protagonismo tan relevante como el de Kissinger en los sucesos acontecidos en la política internacional, convirtiéndolo en un auténtico ícono para muchas identidades políticas, especialmente en el lado conservador.
Robert Greene explica en su libro las 48 Leyes del Poder, esta estrategia que Kissinger empleó para prevalecer de la siguiente manera:
"Henry Kissinger se las ingenió para sobrevivir a las muchas sangrías ocurridas en la Casa Blanca ocurridas durante la administración de Nixon, no porque haya sido el mejor diplomático que éste pudo encontrar- había otros negociadores excelentes-no porque ambos se llevara bien- eso no era así. Tampoco porque compartieran convicciones o ideas políticas. Kissinger sobrevivió porque se afianzó en tantas áreas de la estructura política que eliminarlo habría llevado al caos.