La Trinidad de Clausewitz

La Trinidad de Clausewitz

Una de las aportaciones más importantes de De la Guerra fue, sin lugar a dudas, son los dos primeros capítulos en los que Clausewitz defiende la naturaleza de la guerra y la subordinación de ésta a la política; "no siendo posible ninguna otra manera de relación". Clausewitz se preguntaba si existía un principio o principios comunes a las guerras, independientemente de la época o la manera de conducir o de ejecutar la guerra. Es en "De la Guerra" cuando Clausewitz argumenta sus principios universales; es decir, aquellas características de las guerras que son inmutables. Es en los dos primeros capítulos de "De la Guerra" cuando defiende la imposibilidad del absoluto de la guerra, de la guerra total en el que prima la destrucción total del enemigo. Malinterpretado por muchos, que lo acusan de haber sido la inspiración de la Alemania nazi, Clausewitz siempre manifestó la supremacía de la política sobre la acción bélica, de ahí que la guerra absoluta, que por definición su objetivo es la aniquilación del enemigo, es un absurdo. Y este absurdo de la guerra total es debido a que la política, por encima de la guerra, es la que modula la misma y no al contrario. Esta modulación que evita que la guerra se vaya a los extremos, viene determinada por la más que citada Trinidad de Clausewitz. 

La política y la guerra tienen una relación capital para comprender la guerra pero, a la vez que la política es clave, existen otros elementos que para Clausewitz también definían la naturaleza de las guerras: como lo son el pueblo y el ejército. Así, Clausewitz afirmaba que todas las guerras se podían definir según esos tres elementos. Para el tratadista prusiano la naturaleza de la guerra se podía explicar mediante una trinidad que, pese al paso de los tiempos permanece invariable; es decir, que no cambia a lo largo de la historia. Podía cambiar la manera de hacer la guerra, pero para el tratadista prusiano la naturaleza de la guerra no cambia porque cambien "los modos" de hacer la guerra.  Clausewitz argumentaba que todas las guerras tenían la misma naturaleza y solamente su carácter evolucionaba con el paso de los tiempos y, especialmente, con el avance de la tecnología. La tecnología, la forma de hacer la guerra, sus tácticas y su planeamiento podían haber evolucionado, pero la esencia de la guerra, su naturaleza, es decir sus esencia, permanece invariable. Esta perpetuidad de la naturaleza de la guerra es un debate académico abierto que sigue enfrentando posiciones muy inteligentes de numerosos pensadores y expertos; sin embargo, para Clausewitz el debate se respondía mediante una trinidad sostenida por el pueblo, el ejército y el elemento político; su aplicación para Clausewitz es para  todas las guerras que vieron los tiempos y venideras.


Según Clausewitz la naturaleza de la guerra se podía explicar mediante una Trinidad que, pese al paso de los tiempos, permanece invariable; es decir, que no cambia a lo largo de la historia por mucho que evolucione la técnica. Podía cambiar la manera de hacer la guerra, su arte y técnicas, pero para el tratadista prusiano la naturaleza de la guerra no cambia porque cambien "los modos" de hacer la guerra.

La trinidad de Clausewitz ha pasado a ser toda una referencia y un marco teórico no solo en el ámbito académico, sino que también en todos los estados mayores de los ejércitos e incluso en el mudo empresarial. En el ámbito militar todavía no se ha encontrado un modelo que explique mejor la naturaleza de la guerra que el del prusiano y, por lo tanto, sigue siendo una pieza angular de la mayoría de estudios de las mejores escuelas militares. Sin embargo, últimamente han aparecido nuevos conceptos y definiciones que, erróneamente, han puesto "en tela de juicio" la validez de los argumentos de Clausewitz, llegándose a afirmar que, aunque válidos en sus momento, los planteamientos de Clausewitz ya no son relevantes para las "nuevas guerras", como las llama Mary Kaldor. Con la aparición de conceptos como la guerra híbrida, la zona gris y la era de la disuasión nuclear, muchos argumentan que Clausewitz se ha quedado obsoleto. 

El tratadista prusiano, sigue el argumento, simplemente no podía teorizar sobre esta "nueva forma de hacer la guerra" pues desconocía la evolución exponencial que en la última década ha tenido la guerra; especialmente con la llegada de internet y por ende el de las redes sociales. Entonces, las teorías de Clausewitz ya no son "tan válidas" en las nuevas guerras de hoy en día en las que los actores ya no son estados o ejércitos uniformados como entonces, sino que la complejidad de las nuevas guerras han superado a Clausewitz que, debido a la época en la que vivió simplemente no podía comprender y, por lo tanto, teorizar. Como se argumentara en este artículo, la naturaleza de la guerra de Clausewitz y su trinidad no solamente no están obsoletas, sino que son tan actuales como cuando el tratadista prusiano teorizaba sobre la guerra durante las guerras napoleónicas.  

El objetivo de este ensayo es defender la validez de la naturaleza de la guerra clausewiana explicada mediante la trinidad. Sin embargo, antes de entra en detalle sobre la trinidad es necesario recordar la diferencia entre la naturaleza de la guerra y su carácter, pues son dos elementos claves del argumento y que, por lo tanto, precisa de aclaración. La naturaleza de cualquier objeto o concepto es algo que define su esencia. Cuando nos preguntamos por la naturaleza de una persona, un objeto o un pensamiento abstracto en cierta medida buscamos una definición que explique su cualidad más característica, lo que lo define sin ningún tipo de dudas. En otras palabras, buscamos una definición invariable e irrefutable, que no cambie conforme cambian las circunstancias que la rodean; eso es lo que define la naturaleza de cualquier elemento. Entonces, la naturaleza de la guerra la podemos definir como aquello que permanece invariable cualesquiera que sean las circunstancias que la rodean, y cualquiera que sea el momento de la historia que estemos analizando. Contrariamente, el carácter de la guerra depende de las circunstancias que rodean a la guerra y, evidentemente también, del momento de la historia del que estemos hablando. 

La tecnología, la evolución de las tácticas, el planeamiento de las campañas militares, las tácticas asimétricas, las guerrillas, etc.,  son elementos que definen el carácter de una guerra y que, a todas luces, son cambiantes. Clausewitz describe estos cambios como un camaleón que, dependiendo de cada momento, cambia de piel en el ámbito natural y de carácter, de la forma de hacer la guerra, en el ámbito militar.  El carácter de la guerra responde a  cómo hacemos la guerra y, por lo tanto, la evolución de la manera, de la forma de hacer la guerra es lo que tienen especial relevancia en el carácter. Resumiendo, el carácter de la guerra responde al "cómo" mientras que la naturaleza de la guerra responde al "por qué"

La naturaleza de la guerra planteada por Clausewitz viene definida por una invariable trinidad cuyos elementos son los siguientes: el pueblo que lo identifica con la irracionalidad y la pasión; el ejército, como elemento no racional y en el que la "suerte" juega un papel muy importante; y por la racionalidad, cuyo máximo exponente es el elemento político. Estos tres vértices de la trinidad de Clausewitz están presentes en cualquier conflicto en mayor o menor medida. Por ejemplo, en un conflicto en el que dos estados disputan una pequeña zona fronteriza, el elemento racional político es el dominante en la naturaleza de ese conflicto. Sin embargo, en una guerra civil, en donde se producen matanzas de todo tipo y la violencia es la protagonista en los enfrentamientos, el elemento de la irracionalidad es el determinante y define la naturaleza de este tipo de guerra. Por lo tanto, dependiendo del tipo de conflicto, más presente estará un elemento u otro de la trinidad. 

LA TRINIDAD DE CLAUSEWITZ

Trinidad de Clausewitz

Extracto capítulo de "De la Guerra":

“La guerra no es, pues, no sólo un verdadero camaleón, por el hecho de que en cada caso concreto cambia de carácter, sino que constituye también una singular trinidad, si se la considera como un todo, en relación con las tendencias que predominan en ella. Esta trinidad está integrada tanto por el odio, la enemistad y la violencia primigenia de su esencia, elementos que deben ser considerados como un ciego impulso natural, como por el juego del azar y de las probabilidades, que hacen de ella una actividad desprovista de emociones, y por el carácter subordinado de instrumento político, que la inducen a pertenecer al ámbito del mero entendimiento.

"El primero de estos tres aspectos interesa especialmente al pueblo; el segundo, al comandante en jefe y a su ejército, y el tercero, solamente al gobierno. Las pasiones que deben prender en la guerra tienen que existir ya en los pueblos afectados por ella; el alcance que logrará el juego del talento y del valor en el dominio de las probabilidades del azar dependerá del carácter del comandante en jefe y del ejército; los objetivos políticos, sin embargo, incumbirán solamente al gobierno.” Clausewitz, "De la Guerra.

Mediante la Trinidad, Clausewitz describía la naturaleza de cualquier guerra, en cualquier lugar y en cualquier época. Las guerras napoleónicas, en las que se inspiró el tratadista prusiano para escribir "De la Guerra", estuvieron dominadas por el genio militar de Napoleón, su estrategia militar y su capacidad de convencer a todo un pueblo francés para que lucharan ferozmente por su causa. Entonces, la naturaleza de las guerras napoleónicas estuvieron representadas por el elemento del ejército (no racional) y el irracional del pueblo (pasión). Ahora bien, ¿es aplicable la trinidad de Clausewitz a los conflictos actuales, como por ejemplo el de la guerra híbrida?. La respuesta, como no podía ser de otra manera, es totalmente afirmativa. La guerra hibrida responde al concepto camaleónico del carácter de las guerras; existen nuevas herramientas para alcanzar los objetivos políticos, como las campañas de propaganda, de desinformación, el uso de las redes sociales para polarizar y dividir a la población, etc. Sin embargo, como en cualquier guerra, la política es la que marca los objetivos políticos y no al contrario. La guerra, como continuación de la política es totalmente válida en el caso de la guerra híbrida. Su carácter, que si es distinto, viene determinado porque cobra una especial relevancia el elemento irracional de la trinidad de Clausewitz y , esto es posible hoy en día, debido a la proliferación de las redes sociales y, particularmente, porque se puede alcanzar "las mentes del enemigo" desde miles de kilómetros a distancia utilizando algo tan accesible como internet. Sin embargo, detrás del uso de todas estas herramientas características de la guerra híbrida está la racionalidad de la guerra, su elemento político que, en el caso de las guerras híbridas y "nuevas guerras", también está presente. 


La guerra de Afganistán y la Trinidad de Clausewitz.

La naturaleza de la guerra de Afganistán también obedece a los principios de la trinidad de Clausewitz. Contrariamente a las teorías de que la naturaleza de la guerra es distinta en un conflicto asimétrico, el tratadista prusiano argumentaría que este tipo de guerras se pueden analizar mediante la Trinidad de Clausewitz. Analizando los dos bandos y su trinidad se puede deducir el por qué de la victoria talibán y la derrota de occidente. Occidente, capitaneado por los Estados Unidos, pero también apoyado por numerosos países de la OTAN, tenían un gran ejército muy poderoso, pero carecían de unos objetivos políticos claros y una voluntad de vencer que se fue desvaneciendo con el paso del tiempo. Occidente, carecía de dos elementos claves de la trinidad clausewiana, como son el elemento racional e irracional; en otras palabras, los objetivos políticos y la voluntad de vencer. Además, la superioridad militar occidente en numerosas ocasiones se ponía en cuestión con las tácticas asimétricas y de guerrilla, en las que los talibanes fueron adquiriendo maestría conforme duraba la guerra. En el otro lado de la balanza, los talibanes tenían unos objetivos políticos muy bien marcados, una voluntad de vencer superior a los occidentales y un ejército que aunque a "primera vista" pudiera parecer inferior, en escenarios asimétricos y de guerrillas tuvo notables victorias. El hecho de no enfrentarse en campo abierto contra las tropas occidentales y dilatar en el tiempo la campaña fue una clara ventaja que los talibanes supieron explotar al máximo. La moral talibán, al contrario que la occidental, fue en continuo ascenso y, en los últimos años de la guerra cada vez veían más cerca el cumplimiento de sus objetivos. Así, aunque discutiblemente eran inferiores en el componente no racional de la trinidad, en los otros dos, el racional e irracional, eran claramente superiores que, en última instancia, les condujo a la victoria. 


TRINIDAD DE CLAUSEWITZ EN AFGANISTÁN

En el lado derecho se puede observar cómo la Trinidad de Clausewitz era superior en el caso de los Talibanes que, especialmente, dominaron los aspectos de los objetivos políticos y la pasión, esta representada por la voluntad de vencer. Exclusivamente el elemento militar no fue suficiente para vencer a los Talibanes.

En resumen, la trinidad de Clausewitz es una herramienta actual y válida para explicar la naturaleza de cualquier conflicto, de cualquier guerra, sea ésta actual o no, esté ésta basada en la tecnología o no, o sea ésta de la época napoleónica, romana o faraónica. Al final, la naturaleza de todas las guerras se describen por la trinidad de Clausewitz, siendo el peso de cada uno de sus tres elementos lo que define su naturaleza.