Es Espacio como espacio geopolítico
El espacio es un entorno que ha estado históricamente fuera dl alcance de la humanidad. Además es naturalmente peligroso y cada vez más congestionado, disputado y competitivo. Los bienes espaciales, tanto satélites, como sondas de exploración o naves espaciales, se enfrentan a muchas amenazas, tanto naturales como provocadas por el hombre. Las amenazas naturales a los satélites incluyen la actividad solar, radiación y desechos orbitales naturales, por ejemplo. Amenazas creadas por el hombre pueden ser no intencionales (por ejemplo, desechos satelitales o interferencia electromagnética [EMI]) o intencional (por ejemplo, interferencias, láser, ataques en el ciberespacio y armas anti satélites).
El Espacio se ha convertido, con el paso de los años, en un lugar accesible como lo fueran los mares hace siglos o las zonas más alejadas de la civilización con la revolución industrial y la llegada del ferrocarril. Mahan por un lado y Mackinder por el otro apostaban cada uno por el dominio de los océanos y de las rutas terrestres respectivamente. Ninguno de ellos se podía imaginar, evidentemente, que el espacio iba a ser uno de los ámbitos con más crecimiento de las últimas décadas y, en definitiva, un espacio de oportunidades desde el punto de vista comercial, dominado por las comunicaciones, pero también de la defensa con la proyección de las estrategias militares de las grandes potencias como Rusia, Estados Unidos y China, pero también de otras que no lo son tanto y que empiezan a tener tecnología militar espacial, como la India, Irán e incluso Corea del Norte.
El espacio es una zona que es difícil de diferenciar del espacio aéreo. El espacio aéreo es aquella fracción de la atmósfera donde tienen lugar la mayoría, sino todas, operaciones aéreas. Ahora bien, entonces cuando termina el espacio aéreo y empieza el espacio per sé. La Fuerza aérea americana, define el ámbito espacial como sigue: El dominio del espacio es el área por encima de la altitud donde los efectos atmosféricos sobre los objetos en el aire se vuelven despreciable. en el espacio, por ejemplo, se empieza a medir la velocidad de los satélites por velocidad orbital y por número de Mach en caso de las naves espaciales. El Mando Espacial de los Estados Unidos (USSPACECOM) considera que el área de responsabilidad (AOR) espacial es el área que rodea la Tierra a altitudes iguales o superior a 100 kilómetros (54 millas náuticas) sobre el nivel medio del mar. Al igual que en el ámbito aéreo, terrestre o marítimo, el espacio es un dominio físico tanto civil como militar, donde se realizan numerosas actividades comerciales. La relación entre el espacio y el ciberespacio es única, en el sentido de que muchas operaciones espaciales dependen del ciberespacio, y una parte crítica de el ciberespacio solo puede proporcionarse a través de operaciones espaciales.
El disponer de capacidades espaciales con una elevada tecnología supone poder planificar y ejecutar operaciones militares en el espacio, lo que a su vez permite realizar actividades tales como recopilación de inteligencia; Advertencia temprana de lanzamiento de misiles; monitoreo ambiental; comunicaciones por satélite (SATCOM); y posicionamiento, navegación y temporización (PNT). El espacio, además de proporcionar lo anteriormente detallado, también es un multiplicador de fuerza, ya que impactan directamente en las capacidades terrestres, aéreas, marítimas y del ciberespacio.
Al igual que en las operaciones aéreas se introdujeron conceptos claves como la superioridad aérea o el control des espacio aéreo, en el Espacio también existe este tipo de conceptos. Para la Fuerza espacial americana el control espacial es necesario para garantizar la libertad de acción en el espacio y, llegado el momento, negar a un adversario libertad de acción en el espacio. El objetivo de esas operaciones es lograr superioridad espacial. El control espacial incluye el control espacial ofensivo y el control espacial defensivo para garantizar la libertad de acción en el espacio y, poder realizar operaciones ofensivas. El control espacial se basa en una amplia gama de opciones de respuesta para proporcionar un uso continuo y sostenible del espacio. Para el USSPACECOMAND La superioridad espacial es el grado de control en el espacio de una fuerza sobre cualquier otra que permita la realización de sus operaciones en un momento y lugar determinados sin interferencias prohibitivas de amenazas terrestres y espaciales. El propósito y El valor de la superioridad espacial es proporcionar la libertad de acción en el espacio en la búsqueda y defensa de los intereses de la seguridad nacional. La capacidad de cualquier fuerza espacial para capitalizar y proteger el espacio y para contrarrestar las capacidades enemigas, contribuye a la superioridad espacial de esa fuerza espacial. Sin embargo, tener esta superioridad espacial es muy costoso. Para establecer y mantener la superioridad espacial, se requieren fuerzas espaciales resilientes que tengan la habilidad y la experiencia suficiente como para proteger y defender los sistemas espaciales en todo el espacio y negar lo mismo al enemigo. Para ello es necesario realizar acciones tanto defensivas como ofensivas y tener una gran coordinación con capacidades de otros ámbitos que puedan tener la fuerza aérea, marítima o terrestre.
Las órbitas espaciales
Las órbitas de los satélites siguen parámetros de acuerdo con las leyes de la física, que se seleccionan generalmente para proporcionar el mayor beneficio posible al menor costo, según el propósito y las capacidades del satélite. Los cuatro tipos de órbitas más comunes utilizados por los satélites militares son la órbita geoestacionaria (GEO), la órbita elíptica (HEO), la órbita terrestre media (MEO) y la órbita terrestre baja (LEO).
Los satélites GEO están sincronizados con la rotación de la Tierra, orbitando a la misma velocidad a la que la Tierra gira sobre su eje. La órbita GEO permite observaciones de línea de visión constante (LOS) cubriendo el 42% de la superficie de la Tierra. La órbita HEO toma la forma de una elipse. En sus puntos más distantes de Tierra (el apogeo del satélite), los satélites en órbita HEO pueden estar a más de 40.000 kilómetros de distancia, mientras que en el punto de aproximación más cercano del satélite (llamado perigeo) podría estar solo a unos pocos cientos de millas sobre la superficie de la Tierra. La órbita MEO no tiene altitud formal, pero se considera que incluye esas órbitas entre LEO y GEO. La constelación más conocida que usa MEO es la constelación de GPS, pero este tipo de órbita también se puede utilizar para comunicaciones. La órbita LEO está relativamente cerca de la Tierra, por lo que los satélites logran imágenes de mayor resolución con tamaños similares aperturas en comparación con objetos en órbitas más altas. Los LEO tienen la desventaja de proporcionar cobertura durante un breve período de tiempo. La cobertura continua requiere una constelación de satélites espaciados uniformemente alrededor de varios planos orbitales. El tiempo medio para orbitar la Tierra es de aproximadamente 90 a 100 minutos. LEO es ideal para ISR, monitoreo ambiental y pequeños satélites de comunicaciones.
Distintas órbitas satelitales
la arquitectura de satélite C2 es la forma en que los usuarios, bien sea civil o militar, controlan y se comunican mediante los satélites. El centro de control, situado en la Tierra, utiliza el enlace con una nave espacial para enviar órdenes de navegación, movimiento, trasvase de información, etc. El enlace desde la nave espacial es el sistema que se utiliza para enviar datos desde la propia nave espacial hasta una estación terrestre provista de antenas, transmisores y receptores necesarios para recibir los datos. Para solventar problemas de cobertura, algunas constelaciones de satélites utilizan satélites de retransmisión, que permiten la comunicación entre satélites fuera del área de recepción de una estación en tierra, por lo que aumenta considerablemente la cobertura satelital. Sin embargo, cualquier componente de la arquitectura es vulnerable a todo tipo de ataques, que van desde vulnerabilidades físicas en la tierra a la guerra electrónica (EW) interrumpiendo la conexión entre el segmento espacial y el operador.
Los satélites de comunicación proporcionan a usuarios de todo el mundo comunicaciones de voz, transmisión de señal de televisión, Internet de banda ancha, servicio de telefonía móvil y servicios de transferencia de datos para civiles, militares y comerciales. Además de lo anterior, existen muchas otras formas en que se utilizan los satélites de comunicaciones, algunas muy específicas, como los sistemas de comunicación de las redes de loterías nacionales en el Reino Unido y España, las cadenas minoristas y los bancos en muchas partes del mundo, las oficinas postales remotas en pequeños pueblos y el control de oleoductos, gasoductos u oleoductos, etc.
Cada vez de forma más frecuente, los satélites se utilizan para sistemas de enseñanza telemática, telemedicina o videoconferencias que conectan a personas desde cualquier parte del mundo; muchos mandatarios de los países más poderosos del mundo tienen videoconferencias a menudo cuya conexión se basa en satélites de comunicación. Además, en las partes más remotas y no tan remotas del mundo, las comunicaciones por satélite siguen desempeñando un papel fundamental en la infraestructura de telefonía y en servicios de internet. Los sistemas móviles satelitales, tanto regionales como globales, han sido concebidos para satisfacer nuestra demanda de estar conectados en cualquier momento y en cualquier lugar; en un mundo híper conectado, los satélites de comunicación juegan un papel clave. Las telecomunicaciones por satélite también pueden contribuir a la satisfacción de una amplia gama de requisitos institucionales: desde apoyar el desarrollo de las regiones menos favorecidas hasta la prestación de servicios de telecomunicaciones o telemedicina en situaciones de emergencia o desastre.
En el ámbito militar, las comunicaciones por satélite son esenciales en determinadas operaciones en zonas remotas donde no existe cobertura móvil o las comunicaciones estándares están degradadas. En la guerra de Afganistán, donde en numerosas ocasiones no existía cobertura móvil en zonas remotas, las comunicaciones vía satélite eran la única posibilidad de las tropas de coalición para comunicarse con la cadena de mando, pedir apoyo aéreo o evacuar personal de una determinada zona. El hecho de no tener esa capacidad de comunicación podía suponer el fracaso de la misión y el caer en manos de los talibanes. Este tipo de escenarios, donde sólo es posible comunicarse mediante comunicaciones satélites han puesto de manifiesto la relevancia de una resiliente red de satélites. Especialmente en la forma de operar de occidente y en particular de la OTAN, donde el control centralizado es un requisito fundamental, las comunicaciones por satélite es en la mayoría de los casos la única forma de proporcionar un sistema de mando y control que funcione en cualquier parte del mundo.